El cobre es un metal que se encuentra en nuestra vida cotidiana. Unos 25 millones de toneladas de productos de cobre se suministran en todo el planeta a través de una cadena de abastecimiento sofisticada.
El cobre está presente con sus beneficios en la vida cotidiana y es esencial a la vida moderna: proporciona electricidad y agua potable en nuestras casas y ciudades y ofrece un apoyo fundamental para el desarrollo sostenible.
Es un gran conductor término y eléctrico. Contribuye con el cuidado del medio ambiente a través de su eficiencia energética, ya que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. A su vez, es suave y flexible, y sus aleaciones ofrecen una variedad de combinaciones de propiedades mecánicas que reflejan un alto grado de adaptabilidad. Además es un metal altamente resistente a la corrosión y también tiene propiedades antimicrobianas.
Es un material 100% reciclable y se encuentra hasta en el organismo, la medicina y los alimentos que consumimos.
Gracias a su creciente aplicación en tecnologías ecológicas y como agente antimicrobiano, además de su capacidad para ser reciclado, el cobre desempeña un papel relevante para la creación de un futuro sostenible.
La minería del cobre acompaña el proceso y nos provee herramientas y materiales que aseguran un futuro sustentable.
Es utilizado en la composición de alambres, cables y otros componentes eléctricos.
Resulta también un excelente conductor térmico: alrededor de 30 veces más que el acero y casi el doble del aluminio. Por eso es adecuado para aplicaciones que requieren una rápida transferencia de calor, tales como radiadores, equipos de aire acondicionado, computadoras y televisores.
Las aleaciones de cobre son esencialmente reforzadas mecánicamente por trabajo en frío o agregados de solución sólida, lo que mejora el endurecimiento. En el estado recocido, el límite convencional de elasticidad y la resistencia a la tensión varía inversamente con el tamaño del grano.
Esta propiedad ha sido explotada durante siglos. Pero las últimas pruebas realizadas por laboratorios independientes llevaron a que la Agencia de Protección Ambiental registrase el cobre y varias de sus aleaciones por su capacidad para eliminar diversos patógenos en poco tiempo.
Por el hecho de ser fácilmente soldado, pegado o fundido, el cobre se utiliza ampliamente en la industria, especialmente en aplicaciones hidráulicas, pero también en arquitectura y en objetos de diseño.
El cobre y sus aleaciones son extremadamente resistentes a la corrosión atmosférica, pero con el tiempo puede formar una decoloración superficial o una película manchada. El espesor y la composición química de esta capa varían en función del tiempo de exposición, de las condiciones atmosféricas y de la química de la aleación de base.
Sus tonos naturalmente metálicos varían del rojo al amarillo, pasando por verdes y grises. Una serie de otros colores puede ser obtenida por medio del tratamiento de su superficie con el uso de químicos o electroquímicos.